Este año, la ONU Mujeres, comunicó el tema del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo 2021) el cual consiste en: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”, que celebra los enormes esfuerzos realizados por mujeres y niñas de todo el mundo a la hora de definir un futuro más igualitario y así mismo que han sido participes en la recuperación ante la pandemia por el virus Covid-19.
El Día Internacional de la Mujer de este año es un clamor a favor de la Generación de Igualdad, a fin de actuar para conseguir un futuro igualitario para todas y todos.
Son tiempos de reflexión acerca de los avances logrados, de los cambios que deben pedirse, de celebrar la valentía y la determinación de las mujeres que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades.
Resulta importante mencionar que el inicio de un reconocimiento más tangible respecto de la lucha que las mujeres han tenido que enfrentar, tras las marcadas desigualdades de las cuales han sido objeto, fue en nuestro país, hasta el año 1953, cuando se aceptó por primera vez el derecho al voto femenino.
Por su parte, el pensar que, en el año 2030 se podrá visualizar una meta 50-50, que refleje una paridad de género con un enfoque mundial, es tenebrosa, y las instituciones no niegan ese extremo.
Sin embargo, cada vez es más grande el movimiento internacional de las mujeres, el cual ha ayudado a que su conmemoración ofrezca la oportunidad de incrementar el apoyo a los derechos y la participación de las mujeres en las esferas principalmente políticas y económicas.
Históricamente, las mujeres hemos sido excluidas de la vida política y de la toma de decisiones, sin tener suficiente representación, tal y como refleja el reciente informe del Secretario General de las Naciones Unidas, el cual señala que las mujeres son jefas de Estado o de gobierno en solo 22 países, y únicamente el 24,9% de los parlamentarios nacionales son presididos por mujeres, lo que indica que al ritmo de progreso actual, la igualdad de género entre jefas y jefes de gobierno tardará otros 130 años para ser palpable.
Los derechos para las mujeres también son derechos humanos, reconocidos por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tratados y acuerdos internacionales de los que el Estado es parte y que las mujeres de todas las edades exigimos sean espetados de manera igualitaria, a saber, los siguientes:
En el texto constitucional encontramos que uno de estos derechos humanos es el derecho a la libertad de expresión en el que se encuentra la manifestación de las ideas. Este derecho está reconocido en el artículo 6o. constitucional, que expresa: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público.”.
Así mismo, el derecho de reunión previsto en el artículo 9o. del texto constitucional, en el cual se establece: “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito…No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto o una autoridad…”.
Las mujeres han demostrado que para ejercer una manifestación de ideas no existen barreras que les impidan alzar la voz, ya que se han convertido en agendes de cambio, en la búsqueda de una generación que apoye y construya una sociedad de justicia e igualdad.
A medida que iniciamos una nueva década, es un nuevo balance del progreso global en los derechos de las mujeres, por lo que, a continuación, como propuesta, se enuncian algunas acciones que pueden marcar la diferencia, en la prosecución de un progreso:
Un motivo de preocupación es que a nivel mundial a las mujeres solo se les reconocen apenas 3/4 cuartas partes de los derechos legales de los que gozan los hombres, y así mismo es innegable la escala de violencia generalizada en diversos puntos focalizados del territorio nacional, evidenciando patrones de violaciones a derechos humanos e impunidad en todos los niveles, principalmente en términos de desapariciones forzadas, tortura y ataques a mujeres y hombres defensores de derechos humanos.
En los últimos 10 años se han logrado avances considerables. En 131 economías se introdujeron 274 reformas a las leyes y reglamentaciones para favorecer la inclusión económica de la mujer. 35 países implementaron protecciones legales contra el acoso sexual en el trabajo, garantizando los derechos de casi 2000 millones de mujeres más que hace una década. 22 economías eliminaron las restricciones al empleo de las mujeres, aumentando sus posibilidades de acceder a determinados sectores de la economía que antes les eran prohibidos. Y en 13 economías fueron adoptadas leyes que exigen igual remuneración por trabajo de igual valor.
Alcanzar la igualdad de género no es un proceso a corto plazo, y requiere una fuerte voluntad política y un esfuerzo concertado de parte de los Gobiernos, la sociedad civil y las organizaciones internacionales, entre otros; sin embargo, las reformas legales y regulatorias pueden desempeñar un papel fundamental, siendo un primer paso importante. En nuestro país, si bien existen leyes que protegen los derechos de las mujeres, es necesario que las mismas se vuelvan una práctica real y efectiva, a fin de que no quede en letra muerta por lo que tanto se ha luchado.
En definitiva, el cambio no se trata solo de grandes titulares, victorias legales y acuerdos internacionales: la forma en que hablamos, pensamos y actuamos todos los días puede crear un efecto dominó que beneficie a todos.
Como mujer, hija, hermana, abogada y estudiante, aspiro a un futuro igualitario sin estigmas, sin estereotipos ni violencia; Un futuro sostenible, pacífico, y con una verdadera igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas.
El mundo necesita de mujeres en todos los espacios donde se tomen decisiones.
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